Mi historia

Platicar lo que me ha tocado hacer en la vida es siempre muy motivante para mi, he disfrutado todas las etapas de mi vida, aun las más duras que me han tocado, es parte del aprendizaje permanente y de la construcción de una mejor persona.

Mi niñez y mis estudios

Nací en Tabasco, en la calle Madero de Villahemosa en pleno centro de la ciudad. Soy el menor de cuatro hijos de un matrimonio entre un comerciante merideño y de una contadora villahermosina.

Estudié en el Colegio Tabasco hasta terminar la preparatoria y después fui a estudiar Economía al estado de Nuevo León en el Tecnológico de Monterrey.

Posteriormente hice una Maestría en Administración Pública con especialidad en Desarrollo, en la Universidad de Nueva York, con una beca que me otorgó CONACYT y finalmente concluí y obtuve el grado de Candidato a Doctor en Administración Pública y Ciencias Políticas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Haber crecido en un hermoso y tropical estado cómo Tabasco en una familia íntimamente ligada al campo por tres generaciones, me permitió disfrutar en medio de la extraordinaria naturaleza y particularmente de todo tipo de fauna autóctona del estado, eso hasta hoy es una de mis principales actividades, por amor y por labor.

Mis padres

Mi madre y tías fueron, por muchísimos años, voluntarias de la Cruz Roja Mexicana. Crecí con su ejemplo de entrega en tiempo y corazón a la comunidad a cambio de la satisfacción de poder ayudar.

Mi padre trabajaba intensamente de 8am a 8pm todos los días, con ello me dejó un enorme ejemplo de tenacidad y dedicación. Fue el primero en producir hielo en cubos en mi tierra, pasé mi juventud llenando bolsas de hielo y vendiéndolas por la ciudad, primero a pie o en triciclo y después en una camioneta refrigerada.

Las enseñanzas de ese hombre que comenzó de la nada y logró sacar adelante a su familia ha sido mi fortaleza de vida, su tesón, su audacia y su capacidad de reinventarse como emprendedor siempre han sido una inspiración para mi.

El ejemplo de compromiso ciudadano dejado por mis padres era enorme, mi madre con un extraordinario don de buena convivencia en las largas jornadas voluntarias para conseguir fondos para las ambulancias y el equipamiento del hospital; mi padre organizando a los comerciantes del estado para evitar los abusos del gobierno, un rebelde con causa para generar una sociedad más emprendedora, trabajadora, que se esforzaba y se oponía a lo que le indignaba; asiduo donante al Partido Acción Nacional por muchos años.

Mi pasión

Mi pasión por el mundo y la forma en que los cinco continentes se ligan al trabajo local o nacional fue una contundente influencia de mis padres también.

Mi madre nos enseñó inglés desde pequeños a mis hermanos, a mí y a muchos más niños y niñas de mi comunidad, en ese tiempo en que a casi nadie se le ocurría estudiar un idioma diferente al español.

Siempre nos hacían notar el mundo de muchas maneras manera, a través del cine, libros, anécdotas, viajes, etc. Esto no era común en aquellos días, sin duda influyó muchísimo en mi necesidad posterior de experimentar y vivir el mundo. Fue esa curiosidad, ese encanto por la diversidad humana lo que me llevó a trabajar en organizaciones internacionales que me permitieron recorrer y ayudar en más de 40 países de los cinco continentes.

El cariño por el conocimiento, el trabajo y el mundo, con la sensibilidad para verlo, conocerlo y respetarlo, así como la rebeldía para tratar de mejorarlo son una maravillosa herencia de ese yucateco Marco y esa tabasqueña María Bersabeth.

Los llevo y los llevaré por siempre en el corazón.

Mi familia

En estos andares de la vida entre organismos intermedios y actividades en la Ciudad de México tuve la fortuna de conocer y enamorarme de una norteña de Monterrey, muy hermosa y trabajadora, Mónica, con quien formé una familia al lado de nuestros hijos Gael y Daniella quienes han sido una maravillosa bendición.

La combinación de características, costumbres, tradiciones y hasta vocabulario entre ella de Nuevo León y yo de Tabasco siempre fue una curiosidad familiar, por visualizar como resultaría esa mezcla de sur y norte a futuro.

¡Tengo el privilegio de tener una familia de la que estoy muy orgulloso!